Sandra Melgarejo / Imagen: Diego S. Villasante y Miguel A. Escobar. Madrid
Tanto la Sociedad Española de Neurología (SEN) como la Comisión Nacional de Neurología han reiterado en diversas ocasiones que el proyecto de Real Decreto de Troncalidad perjudica la formación de los neurólogos del futuro y sus posibilidades para ser competitivos en Europa. Eduardo Martínez Vila, vicepresidente de la Comisión Nacional de Neurología y ex presidente de la Sociedad Española de Neurología; Ana Morales Ortiz, vocal de la Comisión Nacional de Neurología y ex responsable del Área de Formación de la SEN, y Alfredo Rodríguez Antigüedad, presidente del Comité Científico de la SEN, han desgranado en los debates de Publicación Médica de Neurología y la SEN todos los argumentos en contra de la troncalidad, un proyecto que consideran que no aporta nada a la Neurología y que hará que los neurólogos sean menos eficientes y que la población esté peor atendida.
Ana Morales Ortiz, vocal de la Comisión Nacional de Neurología y ex responsable del Área de Formación de la SEN; Alfredo Rodríguez Antigüedad, presidente del Comité Científico de la SEN; Sandra Melgarejo, responsable de Publicación Médica de Neurología, y Eduardo Martínez Vila, vicepresidente de la Comisión Nacional de Neurología y ex presidente de la SEN.
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¿Cuáles es la opinión de la Comisión Nacional de Neurología y de la SEN acerca del proyecto de Real Decreto de Troncalidad? ¿En qué fase se encuentra su elaboración?
Ana Morales Ortiz: El Real Decreto de Troncalidad se engloba dentro de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) de 2003, una ley un poco revolucionaria en cuanto a la formación sanitaria en nuestro país, porque no solamente toca lo que sería la formación de residentes, sino toda la formación que tiene que ver con las áreas sanitarias que existen, desde la universidad hasta la formación continuada. El punto 19.2 de la LOPS establece la posibilidad de que se creen unos troncos comunes en la formación de residentes, si es conveniente en algunos casos. Hoy en día, la formación en una especialidad se elige cuando un médico aprueba el examen MIR y, durante todos los años que dura la formación, la especialidad tiene un programa exclusivo. Lo que pretende la troncalidad es que se establezcan unos años de formación comunes a distintas especialidades que tengan puntos en común. En el proyecto de la ley de troncalidad se establece la posibilidad de que existan cuatro troncos, el médico, el quirúrgico, el de imagen y el de laboratorio, y que, después de dos años comunes, cada especialidad tenga dos años de formación más específica.
Alfredo Rodríguez Antigüedad: Hasta donde sabemos, este borrador está en la Comisión de Recursos Humanos, el paso previo para su aprobación, rechazo o modificación por parte del Consejo Interterritorial de Salud. Tenemos una cierta frustración de base porque no se ha contado prácticamente nada con los neurólogos, en ninguno de sus ámbitos de representación, de cara a añadir valor a esta ley que podría ser buena, pero no nos sentimos cómodos integrándonos en un tronco médico. No es nuestro sitio si queremos seguir formando neurólogos para el futuro que tengan el mismo nivel que tiene hoy la mayoría. Una de las grandes controversias ha sido el procedimiento, realmente no se ha contado con los neurólogos para hacer un desarrollo normativo que modifique su formación, lo que parece un contrasentido.
Eduardo Martínez Vila: Este Real Decreto es un documento excelente posiblemente para algunas especialidades, no sabemos cuáles, pero con la Neurología es totalmente incompatible. No soluciona ninguno de los problemas de la Neurología, que son bastantes, y sin embargo crea muchísimos inconvenientes, numerosas limitaciones y nos coloca en una situación de falta de competitividad absoluta en relación a Europa. Todo el desarrollo que hemos tenido en los últimos años, se ve truncado por este decreto de troncalidad, que lo único que hace es truncar expectativas.
¿Qué alegaciones ha presentado la Comisión Nacional de Neurología al borrador?
Eduardo Martínez Vila: Ha presentado numerosísimas alegaciones, la primera de ellas que no se ha consultado a la Comisión Nacional de la especialidad, que es un órgano consultivo del Ministerio de Sanidad. No sabemos cuáles han sido las razones, pero las intuimos y, probablemente, tienen como base el que, desde el principio hasta el final, no hay ningún punto de su desarrollo que vaya a hacer que la Neurología sea una especialidad del siglo XXI, sino que nos retrotrae a lo que es la Neurología del siglo XX.
¿Hubo algún acercamiento con el Ministerio de Sanidad del anterior Gobierno? ¿Han hablado ya con la nueva ministra Ana Mato?
Ana Morales Ortiz: La historia surge en el año 2008, cuando el Ministerio de Sanidad encarga a una comisión formada por personas procedentes de distintas especialidades establecer un proyecto sobre cómo podría ser la troncalidad. Ellos son los que deciden que se pueden crear cuatro troncos y cómo deben ser sus características, siguiendo las indicaciones de la LOPS, según la cual el tronco común tiene que tener una duración mínima de dos años. En la propuesta que presentan al Ministerio no contemplan que ninguna especialidad se quede fuera de los troncos. En cuanto el documento sale a la luz, la Comisión Nacional de Neurología mantiene varias conversaciones con los distintos responsables del Ministerio indicando cuál es su opinión e intentando determinar que, realmente, la presencia de la Neurología dentro del tronco médico perjudica la formación de la Neurología. Después, la Comisión de Recursos Humanos del Ministerio estudió la propuesta y estableció un calendario, pero de momento el documento sigue allí, en una situación de bloqueo.
Alfredo Rodríguez Antigüedad: En el primer borrador figuraba un cierto comentario sobre la posibilidad de que la Neurología no estuviera incluida en el tronco médico, un comentario que, por otro lado, reflejaba perfectamente el espíritu de la LOPS, que establece no la obligatoriedad de desarrollar troncos, sino la oportunidad de crearlos cuando haya un beneficio en las diferentes áreas de conocimiento. En este sentido, siempre entendimos que dentro del tronco médico nos encontrábamos mal posicionados y hay argumentos para ello, como que, si no se incrementa de manera notable el periodo formativo de la Neurología, los neurólogos que se formen a partir de ahora no serán convalidados a nivel europeo y la Neurología española será una especialidad del tercer mundo porque no será reconocida en el primero. Por otro lado, entendiendo que la ley puede tener un trasfondo positivo para todos, consideramos la oportunidad de explorar la creación de un tronco de neurociencias, al estilo de lo que sucede en otros países desarrollados, como Estados Unidos.
No es un rechazo porque no, sino argumentado en la inoportunidad de tener una polivalencia en áreas que para nada sirven a la Neurología y porque todavía tenemos muchos retos, como la creación de áreas de capacitación específica, que también están contempladas en la LOPS y en el programa de formación de residentes. La troncalidad es antagónica a una ley que busca, como figura en sus conclusiones, la mayor versatilidad y pluralidad. Puede ser fantástico y una oportunidad para muchas especialidades, pero para la Neurología, honestamente, no es un buen proyecto y lo único que va a hacer es abortar el desarrollo tan espectacular que ha tenido la especialidad en los últimos 20 años.
La Neurología lleva tiempo pidiendo un quinto año de formación específica, pero la troncalidad reduciría el tiempo de formación actual…
Eduardo Martínez Vila: Vendría a reducirla un año más, cuando la Neurología lleva solicitando de forma reiterada, desde hace 10 o 15 años, que la duración del periodo formativo del neurólogo sea, al menos, de cinco años. Este Real Decreto haría la especialidad inviable, porque no se puede recortar un programa de formación si queremos que sea serio y, desde luego, es una situación en la que ni la Comisión Nacional de Neurología ni la SEN están dispuestas a participar, porque se disminuye la competencia y la capacitación de los neurólogos que se vayan a formar, y supone un retroceso extraordinario que podría repercutir en la población.
¿Cómo sería la formación del neurólogo en España con respecto a otros países de nuestro entorno?
Ana Morales Ortiz: Si revisamos la formación de la Neurología en Europa, aproximadamente en la mitad de los países europeos, sobre todo más cercanos a España desde el punto de vista cultural (Alemania, Francia, Italia, etc.), tiene una duración de cinco años. La European Federation of Neurological Societies (EFNS) considera que la formación debe tener un mínimo de cinco años, que debe contemplar la presencia de las guardias de Neurología y que debe dar al neurólogo una formación más específica de las distintas subespecialidades que puede haber en Neurología. Si comparamos nuestro programa de especialidad con lo que recomienda la EFNS, ahora mismo, exceptuando el hecho de que no tenemos cinco años de formación sino cuatro, cumplimos esas competencias y la estructura de la formación MIR nos da una solidez muy importante y, en estos momentos, los especialistas españoles somos muy competitivos. La presencia de un tronco médico, en el que durante los dos primeros años la formación es mucho más general, reduce la formación específica de Neurología en dos años, en los que probablemente no sea posible cumplir todos los criterios de la EFNS.
Alfredo Rodríguez Antigüedad: Si se aplicase este borrador, los neurólogos formados a partir de ahora tendrían grandes limitaciones. En primer lugar, desde el punto de vista de la calidad asistencial, porque está bien acreditado que, cuanto mayor es la competencia de un profesional, más eficiente es. Por otro lado, hay un reto importante: el desarrollo de las neurociencias. La Neurología tiene un desarrollo que se contempla en los programas formativos de todos los lugares del mundo, incluso en la LOPS y en el programa de formación de los residentes en España, donde hay áreas de capacitación específica. La investigación en neurociencias es preferente en todos los lugares del mundo y los neurólogos que se formen ahora tienen que ser los profesionales que la lideren. En todos los países occidentales hoy se entiende que la investigación es una fuente de riqueza y, si nos descapitalizamos de profesionales competentes, dentro de 10 años habrá que traer profesionales del extranjero. Nos podremos equivocar, pero nunca hemos recibido argumentos en contra.
Eduardo Martínez Vila: La deficiencia en formación que nos obligaría a traer especialistas de fuera, bien formados, entra en contradicción con otra situación que tenemos y que está relacionada con el MIR: casi el 50 por ciento de los médicos que se presentan al examen son extranjeros. Aquí estamos formando especialistas de otros países y, curiosamente, nos encontraríamos con que, si queremos tener excelentes neurólogos, habría que traerlos o formarlos en el extranjero. La SEN y la Comisión Nacional de Neurología son beligerantes porque no se puede dar un paso atrás, nos estamos jugando la formación de residentes. El Real Decreto de Troncalidad no mejora, en absoluto, la formación de residentes, pero se ha querido mezclar con solventar problemas asistenciales, los cuales no le competen ni a este decreto ni a la formación de residentes. Si queremos tener durante dos años a médicos polivalentes que puedan hacer guardias de todo, se tendrá que resolver de otra forma. Lo que estamos defendiendo y razonando desde el principio es que lo que queremos es una formación del neurólogo no de mínimos, sino de máximos y de excelencia. La tradición neurológica en nuestro país se lo merece, tenemos centros excelentes para la formación y médicos docentes que pueden hacer esta labor perfectamente, y es algo que la sociedad nos está reclamando. Recortar a mínimos es un juego en el que no estamos dispuestos a entrar.
Alfredo Rodríguez Antigüedad: La especialización es la única vía para dar la mayor calidad asistencial y para generar riqueza con la investigación. Por otro lado, en todos los hospitales de España está habiendo una oleada de creación de departamentos de neurociencias. Es decir, desde el mismo foro que plantea la inexistencia de una troncalidad de neurociencias, se plantea la creación de estructuras de neurociencias al mismo nivel que los departamentos de Medicina Interna. No deja de ser sorprendente y refleja una contradicción no resuelta de este decreto y que en ningún momento se ha argumentado.
Ana Morales Ortiz: La clave del asunto es que, en realidad, la preocupación que deberían tener el Real Decreto de Troncalidad y el Ministerio de Sanidad tendría que ser la formación de los especialistas, no intentar resolver un problema asistencial. Si quieres resolver problemas asistenciales, te interesan médicos más versátiles, pero cuando quieres tener a una persona bien formada, te interesa que tenga muchos conocimientos profundos, sólidos y específicos sobre la especialidad a la que se va a dedicar. Eso es lo que da la calidad a la asistencia sanitaria. Esa es la contradicción que está detrás de la troncalidad y lo que ha hecho que muchas especialidades levanten la voz, porque disminuye mucho la formación específica.
Eduardo Martínez Vila: Lo adecuado es que haya suficiente gente lo suficientemente bien formada como para atender a la población; que los médicos de Atención Primaria estén bien formados, y que tengamos unos especialistas en Neurología competentes y dispuestos a atender la tarea que la sociedad les está reclamando: tener una Neurología de calidad y de primera línea, como nos merecemos.
¿El neurólogo tiene que estar cada vez más subespecializado para atender mejor a la demanda creciente de patologías neurológicas?
Eduardo Martínez Vila: Tendría que haber una especialidad de primera línea con una excelente formación y, dentro de este grupo y dada la importancia de la investigación, tendrá que haber neurólogos que se dediquen a aspectos muy concretos, pero una cosa no excluye la otra. No todo el mundo tiene que estar subespecializado, sino que tiene que haber unos especialistas en Neurología excelentes y por eso reclamamos cinco años, no dos.
Alfredo Rodríguez Antigüedad: Nuevamente, la realidad es muy testaruda. Desde el mismo foro en el que se plantea la troncalidad, se plantea la creación de centros de referencia en temas concretos de la Neurología. No se trata de simplificar la cuestión, sino de que todos los niveles estén absolutamente coordinados y que no haya vacíos en ningún sentido. El problema fundamental radica en la formación mínima que deben tener los neurólogos y entendemos que el tronco médico no es el mejor lugar para que se formen neurólogos excelentes, ya que merma su capacitación e hipoteca el futuro de la Neurología para los próximos años.
La Neurología es una de las primeras especialidades que eligen los MIR, ¿la troncalidad podría hacer que cambiara esta tendencia?
Ana Morales Ortiz: Es posible. La formación actual de los neurólogos en España está haciendo que sea una de las primeras especialidades que se elija, en parte debido a la importancia de la investigación en neurociencias y a que se están empezando a resolver problemas médicos que antes no se resolvían. Por otro lado, la calidad de la formación que tienen los neurólogos en nuestro país y lo bien estructurada que está actualmente, hace que sea una de las primeras. Creo que es bastante probable que repercuta si la calidad de la formación disminuye.
Alfredo Rodríguez Antigüedad: También hay que recordar cómo sería el proceso de elección de la especialidad. Los estudiantes que eligen Medicina son un colectivo muy selecto porque la media de acceso es extremadamente alta. Después tienen seis años de estudios, hacen el MIR y, cuando lo aprueban, eligen la especialidad. Con este nuevo modelo, las personas que únicamente eligen el tronco y la unidad docente y, dos años después, eligen la especialidad. Cuando tienes una vocación polivalente, a lo mejor esto no te genera intranquilidad, pero si tienes una vocación muy definida, sí.
Por otro lado, hay que recalcar la cohesión que existe en la Neurología en España. La inmensa mayoría de los neurólogos está agrupada en torno a la SEN y existe un consenso muy unánime con respecto a este Real Decreto, que no aporta nada a la Neurología. No vemos cuál es la mejora, pero sí cantidad de problemas.
Eduardo Martínez Vila: El deseo es que, con el cambio político, los responsables del Ministerio de Sanidad tengan la sensibilidad y el sentido común de afrontar este problema, donde resulta paradójico que tengamos que estar defendiendo lo lógico, lo mejor para la sanidad española, parece el mundo al revés. Lo que reclamamos, con razones documentadas, es una reflexión. Nosotros, como SEN y Comisión Nacional de Neurología, estamos dispuestos a explicar nuevamente los argumentos a los responsables del Ministerio. El Real Decreto de Troncalidad puede ser muy útil para otras especialidades, pero la Neurología no tiene cabida tal y como está planteado. Es un momento excelente para replantearse este tema y tomar decisiones más acertadas.
¿Está ya definido cómo sería el tronco de neurociencias y qué especialidades lo integrarían?
Ana Morales Ortiz: El tronco de neurociencias se corresponde con la tendencia natural que ha tenido la evolución de las distintas especialidades en todo el mundo: por un lado, la Medicina Interna y, por otro, la Neurociencia, como una entidad única y con suficiente peso. Esto hizo a la Comisión Nacional de Neurología plantear que, en el caso de que la enseñanza en troncos fuera necesaria, tendría que haber un tronco de neurociencias. En ese sentido, hemos capitaneado una propuesta a otras especialidades que podrían entrar en este tronco, basada en las similitudes de los programas formativos. Esto se está trabajando en paralelo al desarrollo del Real Decreto de Troncalidad y, de momento, no hay ninguna propuesta común. La realidad es que si coges los programas de las especialidades de Psiquiatría y de Neurología es fácil establecer un tronco de neurociencias por las similitudes en la formación.
Ronda de conclusiones
Eduardo Martínez Vila: La Administración sanitaria primero tiene que oír a las especialidades y, en el caso de la Neurología, tiene que escuchar a la Comisión Nacional de la especialidad, órgano consultivo del Ministerio, es lo lógico. También es lógico que se tenga en cuenta la opinión de la SEN, que aglutina a más del 95 por ciento de los neurólogos del país. Las solicitudes de ambas organizaciones deben ser atendidas para el mejor desarrollo de la especialidad, porque la sanidad española lo requiere y lo necesita, y porque la ciudadanía lo reclama cada vez más. Los profesionales de la Neurología quieren una mayor competencia y una mayor formación, y todo lo que se haga en ese sentido debe ser atendido. Esperamos que el Ministerio tenga la sensibilidad y el buen hacer de tener en cuenta y estudiar estas opiniones. Es una excelente oportunidad de enderezar el camino.
Alfredo Rodríguez Antigüedad: Pensamos que para la formación de los neurólogos del futuro este Real Decreto es muy mejorable, es más, se equivoca en el planteamiento que hace en relación a la formación de Neurología. Quizá, cuando hay una discrepancia tan antagónica, lo prudente sería volver a empezar de cero, porque no ha habido una comunicación fluida con los neurólogos para poder añadir valor a este documento. Es mejor perder unos meses para rehacer desde la base lo que hace referencia a la formación de neurólogos, que perder especialistas dentro de unos años. Pedimos reflexión y que atiendan a nuestros argumentos en beneficio del buen funcionamiento de la sanidad, porque podemos ser más eficientes; de los pacientes, que van a estar mejor atendidos, y de la investigación en neurociencias, como una fuente de riqueza.
Ana Morales Ortiz: Lo más importante que deberíamos intentar transmitir al Ministerio es que la mayor preocupación de la SEN y de la Comisión Nacional de Neurología es que la formación de los neurólogos de nuestro país esté a la altura del avance que se está haciendo en las enfermedades neurológicas y en la investigación. Nuestro país y nuestro sistema sanitario se merecen unos neurólogos de calidad y la sensación que tenemos es que el Real Decreto de Troncalidad puede disminuir de una manera muy clara la calidad de la formación.
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